· El Plan Estatal de Vivienda plantea subvencionar hasta el 50 % de la inversión en proyectos de este tipo
· Se ha extendido especialmente entre personas mayores que eligen envejecer entre amigos como alternativa a las residencias
Ni piso compartido ni vivienda particular, ni compra ni alquiler: cohousing o covivienda. El modelo de viviendas colaborativas, con una larga tradición en algunos países del norte de Europa, ha desembarcado en España y poco a poco va ganando adeptos. El último empujón se lo ha dado el Gobierno, que ha aprobado una subvención de hasta el 50 % de la inversión a los promotores de estos proyectos de propiedad colectiva y un tope al precio que se paga por vivir en ellos.
El cohousing está en una fase embrionaria en nuestro país, con apenas 200 viviendas en distintas cooperativas, pero es cada vez más atractivo para algunos colectivos como los mayores, a los que presta atención la nueva ayuda del Ejecutivo. Las viviendas colaborativas se basan en el concepto de «vivir en comunidad»: cada residente tiene su casa particular, pero comparte zonas comunes, servicios y apoyo mutuo entre vecinos.
«En el fondo es hacerte la vida más fácil. En un modelo de ciudad que nos separa, donde apenas conoces a los vecinos, aquí se generan redes de vecinos que se ayudan entre sí», explicaba a Radio Nacional Nacho García, de la cooperativa Entrepatios, que el año pasado puso en marcha la primera vivienda colaborativa en derecho de uso de la ciudad de Madrid.
Fuentes del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana insisten en que no se trata de compartir vivienda, como se hace en los pisos de estudiantes, ya que el usuario disfruta de un alojamiento particular, y que el cohousing está orientado a todas las edades y condiciones sociales.
Envejecer entre amigos como alternativa a las residencias de mayores
En Torremocha del Jarama, un pueblo de apenas un millar de habitantes al norte de Madrid, arrancó en 2013 Trabensol, un proyecto pionero de viviendas colaborativas para mayores, lejos del modelo tradicional de residencias. Aquí, unas 80 personas viven bajo los principios de «la autogestión, la solidaridad y la ayuda mutua», según señala a RTVE.es Jaime Moreno, uno de los socios fundadores.
A sus 85 años, Moreno, al igual que el resto de socios, vive en una casa particular con salón, cocina, dormitorio y cuarto de baño adaptado, pero a la vez vive «hacia afuera» y comparte buena parte del tiempo y el espacio con la comunidad. Todos los días comen juntos a mediodía, comparten zonas comunes como la lavandería, y participan en multitud de actividades como deportes, cinefórums o tertulias culturales y políticas.
Gracias a todo ello, asegura, «ha desaparecido la soledad». «Mi esposa falleció el año pasado. Y experimenté en primera persona cómo aquí sigues con las actividades, con las relaciones, etc. Tenemos una ampliación de la familia con la que vivimos«, defiende Moreno. Otra ventaja sustancial respecto a las residencias, añade, es la autogestión.
El modelo de cohousing sénior, como también se conoce a estos proyectos, es el que más extendido está en España, frente a modelos residenciales como el de Entrepatios, todavía muy minoritarios. Hay una decena de iniciativas similares en Andalucía, Cataluña o Castilla y León, y otras tantas en construcción.
Fuente: rtve.es